Airbnb al anunciar la campaña había señalado que el evento contaba con la autorización de las autoridades chinas aunque la comisión cultural en el distrito Yanqing de Pekín (que supervisa la Gran Muralla en su más famoso tramo de Badaling) emitió un comunicado diciendo que no estaba al tanto del hecho, y que no contaba con autorización alguna.
Pasar la noche en un monumento milenario puede ser una experiencia extraordinaria pero casi imposible de lograr. Airbnb proyectó hacerlo posible a ocho seleccionados viajeros a través de esta promoción, ahora cancelada.

La Gran Muralla China, un monumento considerado una de las maravillas de la arquitectura antigua que además ostenta el título de Patrimonio de la Humanidad otorgado por la Unesco fue escogida por Airbnb para premiar a ocho afortunados viajeros quienes tendrían la oportunidad de pasar la noche en una atalaya del histórico monumento de 2.600 años de antigüedad. El lugar estaría acondicionado como una habitación doble, con una cama e iluminado solamente por velas.


La experiencia sería posible gracias a un concurso internacional que la compañía proponía en sus once mayores mercados: China, Estados Unidos, Gran Bretaña, India, Japón, Corea del Sur, Australia, Alemania, Italia, España y Francia. Si bien no existen leyes que prohíban pasar la noche en el lugar e incluso algunas empresas de turismo ofrecen paquetes para acampar, esta sería la primera vez que se ofrece algo con las características mencionadas.

La empresa estatal de turismo Beijing Badaling señala que las leyes chinas exigen la protección y conservación del monumento que se extiende a través de unos 21.000 kilómetros, y prohíben estrictamente la construcción de instalaciones que no sean para la conservación del mismo por lo que el concurso despertó fuertes críticas en el país ante el temor de que el monumento sufra daños.