A casi diez meses de la prohibición de volar este modelo de avión luego de accidentes en Indonesia y Etiopía, lo pronósticos señalan que la autorización de los reguladores federales no llegará hasta mediados de 2020.
Es la primera vez en más de dos décadas que Boeing suspende la fabricación de un modelo. La certificación de la FAA tarda en llegar y en la fábrica ya se encuentran alrededor de 450 aviones listos para ser entregados a sus compradores. Aunque todavía no se anuncian despidos la compañía deberá ajustar la cadena de producción no solo por una cuestión de espacio sino también de costos pues los aviones en tierra tienen un costo de mantenimiento que les resta valor,
“Continuaremos evaluando las decisiones de producción en función de los plazos y las condiciones de retorno al servicio”, señala Boeing. La compañía suma 4.912 pedidos para este modelo en sus distintas variantes y antes de la prohibición había entregado 387 aviones. Es su modelo más vendido y su principal generador de efectivo, por lo que cualquier obstáculo a la producción afectará a los resultados de la compañía, la mayor empresa exportadora de EE UU.
La suspensión no es definitiva, aunque se desconoce la fecha en que Boeing reiniciará la producción del 737 MAX.
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