Un 83% de esas restricciones están vinculadas o son consecuencia del COVID-19 desde hace cuatro semanas o más. Además de señalar los distintos tipos de restricciones, el estudio señala la evolución de estas limitaciones desde el 10 de enero, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la COVID-19 como una emergencia de salud pública de preocupación internacional.
En el desglose, el estudio muestra que el 45% de los destinos globales ha cerrado total o parcialmente sus fronteras a los turistas (no se permite la entrada de pasajeros); el 30% ha suspendido total o parcialmente los vuelos internacionales; el 18% prohíbe la entrada de pasajeros procedentes de países específicos o a pasajeros que han hecho escala en determinados destinos; el 7% está aplicando diferentes medidas, como la cuarentena o el autoaislamiento durante 14 días y medidas relativas a los visados.
El secretario general de la OMT, Zurab Pololikashvili, señaló que “el estudio sobre las restricciones mundiales a los viajes ayudará a apoyar una aplicación oportuna y responsable de las estrategias de salida, permitiendo a los destinos aligerar o levantar las restricciones a los viajes cuando sea seguro hacerlo. De esta manera, los beneficios sociales y económicos que el turismo ofrece podrán volver a fluir, allanando el camino a una recuperación sostenible tanto para las personas como para los países en su conjunto”.
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El secretario general Pololikashvili, señaló igualmente que la caída repentina e inesperada de la demanda turística causada por la COVID-19 pone en riesgo “millones de puestos de trabajo y de medios de sustento y hace un llamado a los gobiernos de todo el mundo para apoyar el turismo mientras dure este reto sin precedentes”.
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