"Estamos haciendo cambios estratégicos y rentables en nuestra flota para responder al impacto de la pandemia del COVID-19, al tiempo que aseguramos que Delta está bien posicionada para la recuperación al regreso de la crisis", dijo Gil West, Director de Operaciones de Delta. "El Boeing 777 ha sido una parte importante del éxito de Delta desde que se unió a la flota en 1999, debido a sus características operativas únicas, abrió nuevos mercados sin escalas y de muy larga distancia que sólo ese equipo podía realizar en ese momento".

El mes pasado, Delta anunció planes para acelerar el retiro, hasta junio, de las flotas MD-88 y MD-90. Desde el inicio de la pandemia del COVID-19, Delta ha reaccionado rápidamente estacionando y considerando retiros anticipados de aeronaves para reducir la complejidad operacional y el costo asociado. Hasta la fecha, la aerolínea ha estacionado más de 650 aviones de su flota principal y regional para ajustar la capacidad a la menor demanda de clientes.

El Boeing 777-200 llegó por primera vez a la flota en 1999 y aumentó a 18 aviones, incluidos 10 de la variante de largo alcance Boeing 777-200LR, que se incorporaron en 2008. En ese momento, la aeronave estaba en una posición única para volar sin escalas entre Atlanta y Johannesburgo (Sudáfrica), Los Ángeles a Sídney y otros destinos distantes.

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Delta seguirá volando su flota de aviones Airbus de largo alcance de próxima generación A350-900, que consumen un 21% menos de combustible por asiento, comparado con los Boeing 777 a los cuales sustituirán.

A pesar de la reducción de los viajes internacionales de pasajeros, la flota 777 ha sido el equipo de batalla en cuanto a operaciones de carga, correo y repatriación de ciudadanos estadounidenses de Delta en medio de la pandemia. Desde finales de abril, el avión de fuselaje ancho ha realizado docenas de viajes desde Chicago y Los Ángeles a Frankfurt para entregar el correo a las tropas militares estadounidenses en el extranjero; ha operado entre los Estados Unidos y Asia para entregar miles de libras de suministros críticos y vitales para ayudar en la respuesta del COVID-19 y ha transportado a miles de ciudadanos estadounidenses de vuelta a los EE. UU. desde Sídney, Mumbai, Manila y otras ciudades del mundo.