“En términos financieros, 2020 será el peor año de la historia de la aviación. De media, cada día de este año la industria acumulará USD 230 millones en pérdidas. Esto significa que, sobre una estimación de 2.200 millones de pasajeros, las aerolíneas perderán 37,54 USD por viajero. Por ello, es —y seguirá siendo— crucial el alivio financiero de los gobiernos, y compensar así la crisis de liquidez del sector”, señaló Alexandre de Juniac, Director General y CEO de IATA.

“A menos que se produzca una recaída, incluso más perjudicial por el COVID-19, lo peor de esta crisis lo estamos dejando atrás. La clave para la recuperación es la implementación universal de medidas de reactivación acordadas a través de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) que garanticen la seguridad de pasajeros y tripulaciones. Y con la ayuda de un seguimiento eficiente de contactos, estas medidas deberían proporcionar a los gobiernos la confianza necesaria para abrir las fronteras sin medidas de cuarentena. Esta es una parte importante de la recuperación económica, teniendo en cuenta que alrededor del 10% del PIB mundial proviene del turismo, y gran parte de este depende del transporte aéreo. Conseguir que la gente viaje segura de nuevo será un poderoso estímulo”, expresó De Juniac.

Todas las regiones registran pérdidas en 2020. La crisis ha adquirido una dimensión similar en todas las partes del mundo, con recortes en la capacidad de entre 10 y 15 puntos porcentuales, o incluso más, a la zaga de la caída de la demanda, que cae más de un 50%.

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Aunque Latinoamérica entró en la crisis más tarde. Los gobiernos de la región han implementado algunas de las medidas más draconianas en lo que respecta al cierre de fronteras, que podrían retrasar y ralentizar la recuperación de la industria.

Menos pérdidas en 2021

Se espera que la apertura de las fronteras y el incremento de la demanda en 2021 reduzca las pérdidas de la industria. Las aerolíneas aún se estarán recuperando, y los ingresos se mantendrán por debajo de los niveles previos a la crisis (2019).

“La situación financiera de las aerolíneas seguirá siendo frágil en 2021. Los ingresos por pasajero no llegarán a alcanzar un tercio del 2019. Y se espera que las aerolíneas pierdan unos USD 5 por pasajero transportado. Las pérdidas se reducirán tras la reapertura de fronteras y el incremento de los volúmenes de viajeros. La fortaleza de las operaciones del sector de carga aérea y unos precios de combustible comparativamente bajos impulsarán también la industria. La competitividad entre las aerolíneas será, sin duda, aún más intensa. Todo ello se traducirá en fuertes incentivos para que los viajeros vuelvan a volar. El reto en 2022 será transformar las pérdidas de 2021 en los beneficios que las aerolíneas necesitan para pagar las deudas de esta terrible crisis”, apuntó De Juniac.