El impacto expresado en los costos de los servicios de transporte, y en las transacciones mismas “han afectado la operación de las cadenas de valor”, remarcó la OMC en su informe. Se debe considerar que solo tres países en el mundo no aplicaron restricciones en sus fronteras. Afganistán, Brasil y México. Todos los demás países han aplicado restricciones fuertes o parciales.

En los servicios de transporte de mercaderías, se han aplicado cuarentenas para las tripulaciones marítimas y aéreas, generando retrasos y congestiones en el transporte de un país a otro “provocando pérdidas, en muchos casos elevadas, especialmente en productos de temporada para micro, pequeñas y medianas empresas”, señala la OMC en su informe. También las pruebas de coronavirus que se aplican a conductores de camiones transportadores de mercancías provocan dificultades y en muchos casos ocasionan la interrupción de los servicios y de la cadena de suministro en determinadas regiones.

El informe de la OMC también señala que en cuanto a información y costos logísticos, las restricciones de movilidad han impactado negativamente el comercio de mercancías disminuyendo la cantidad de bienes disponibles para los consumidores y encareciendo sus costos. “Los contactos presenciales permiten el establecimiento de las redes comerciales y sociales que pueden generar comercio, y la movilidad internacional a menudo promueve el comercio con los países de origen de los extranjeros”, asegura la OMC.

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Como medidas alternativas de solución, algunos países han instalado medidas temporales como el uso de herramientas online para el control y verificación de certificados e inspecciones remotas a través de enlaces de video, en lugar de controles in situ. Otras medidas incluyen vías de entrada con visas especiales, controles sanitarios permanentes y de asistencia social para los trabajadores, tripulaciones y trabajadores de temporada o de tiempo parcial, así como pruebas rápidas de COVID-19 para empresarios.

Finalmente la OMC señala que la cooperación internacional será clave para reducir el impacto en el comercio, una actividad en la que también se considera habrá una disminución del 13% en el 2020 en su estimación más moderada y cuya recuperación será igualmente más lenta de la esperada.