Además del impacto en la conectividad que genera los seis meses de paralización de la industria aérea en Argentina y el anuncio de suspensión de operaciones de algunas aerolíneas que operaban regularmente en el país, IATA prevé que la demanda en el mercado argentino en 2020 disminuya por lo menos en un 67% con respecto a 2019. Como resultado, los ingresos de las aerolíneas generados por el mercado se reducirán en USD 3.260 millones, lo que pondrá en peligro 19.820 empleos directos y disminuirá la contribución de la aviación al PIB del país en USD 1.630 millones.

“Esta decisión no podría haber llegado en un peor momento. Debido a las medidas implementadas para enfrentar el COVID-19, la aviación en Argentina ha estado en tierra durante medio año. Aún no contamos con una fecha oficial para el reinicio de los vuelos domésticos e internacionales y nos imponen más impuestos gubernamentales. Así no se puede reactivar la demanda, ni se permitirá a esta industria ser un catalizador de beneficios sociales y económicos que contribuya a mejorar la debilitada economía del país y su población una vez que se reanuden las operaciones tras la pandemia”, expresó Maria Jose Taveira, Country Manager de IATA para Argentina, Paraguay y Uruguay.

Argentina ya impone impuestos sustanciales a los boletos de avión internacionales vendidos en el país:

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Impuesto PAIS: 30% de la tarifa aérea* pagada en pesos argentinos.
Impuesto DNT (Fondo Nacional de Turismo): 7% de la tarifa aérea* pagada
Tasa de aeropuerto para salidas internacionales: US$ 51
ANAC (Impuesto de la Autoridad de Aviación Civil): US$ 8
Impuesto de inmigración: US$10

Nuevo impuesto gubernamental adicional: 35% de la tarifa aérea* pagada

* = incluye todos los recargos de las aerolíneas