Los decretos 6983 del Estado de Paraná y el 28.999 de la Prefeitura Municipal de Foz de Iguazú respectivamente, ante el escenario epidemiológico provocado por el COVID-19 establecieron un nuevo “lockdown” en la ciudad, exigiendo el cierre de comercios, suspensión de clases presenciales, disminución del transporte público, restricciones a extranjeros y suspensión de servicios y actividades no esenciales, además de la circulación general o toque de queda, desde el 27 de febrero hasta el 8 de marzo en el horario de 20:00 a 05:00 hs.

La Prefeitura Municipal de la ciudad también dispuso la fiscalización de vehículos con matrículas extranjeras y ordenó la presencia de barreras de control que deberán controlar que las personas provenientes del exterior cuenten con un test PCR negativo. Los infractores serán multados y los vehículos retenidos.

Los trabajadores y empresarios fronterizos que ingresen a Foz de Iguazú por motivos de trabajo o con residencia en la ciudad, están exonerados de la prueba. El decreto establece que la Guardia Municipal, la Coordinadora de Defensa Civil y la Vigilancia de Salud, así como la Directoría de Fiscalización del Municipio, podrán realizar bloqueos en la vía pública para garantizar el cumplimiento de las normas del decreto

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Las nuevas medidas provocaron preocupación e incertidumbre, al sector comercial y turístico de Foz de Iguazú y Ciudad del Este, que se verán muy afectados por las restricciones impuestas consideradas desproporcionadas ya que instituciones turísticas y comercios respetan estrictamente los protocolos sanitarios vigentes.

En una reunión virtual, el Alcalde de Iguazú escuchó por parte de representantes de Codefoz, Comtur, Sindhotéis, Visit Iguassu, ACIFI, además de entidades de Paraguay, la necesidad de flexibilizar la normativa estatal. Para Felipe González, presidente de Visit Iguassu, “la dura posición del Gobierno del Estado, colocó a la ciudad en pie de igualdad con lugares de características totalmente diferentes. Foz do Iguazú es una ciudad fronteriza y con su actividad basada en el turismo, que la distingue de los demás municipios de Paraná, un cierre abrupto provoca una sensación de inseguridad en las aerolíneas, tour operadores y especialmente en eventuales visitantes, quienes corren el riesgo de llegar a destino y encontrar hoteles y atracciones cerradas”.

Como consecuencia de esta reunión, un nuevo decreto limita al 30% la capacidad de atención en hoteles y atracciones pero los principales sectores productivos de Foz de Iguazú solicitan garantías de que no se producirán nuevos cierres y que la administración municipal no sorprenderá con nuevas imposiciones de última hora.

“Estamos aprendiendo cada día a vivir con nuevas y duras reglas de seguridad, pero este tipo de cierres que intentan imponernos es exagerado y deshace lo que la clase empresarial viene practicando, además de jugar con la vida de los trabajadores y sus familias que pronto no tendrán como ganarse la vida”, señaló Felipe González, presidente de Visit Iguassu en un comunicado a la prensa.