Una encuesta de IATA realizada en el mes de febrero, basada en entrevistas a 4.700 pasajeros en 11 países revela que si bien algunas restricciones son aceptadas, las personas se sienten más cómodas con aplicaciones o pruebas que muestren el estado de salud de quienes toman un vuelo.

La encuesta también reveló que el 68% de las personas señalaron que su calidad de vida se siente afectada por la pérdida de la libertad de viajar. Casi el 40% de los encuestados informaron tener estrés mental por no poder disfrutar plenamente de la experiencia de viajar y más de un tercio ha dicho que las restricciones les impiden hacer negocios con normalidad. El 84% dijo que no viajará si existe la posibilidad de una cuarentena en destino.

El 88% cree que al abrir las fronteras, se debe lograr el equilibrio adecuado entre la gestión de riesgos de COVID-19 y el consiguiente funcionamiento de la economía. El 85% señaló que los gobiernos deberían establecer objetivos comunes como la capacidad de pruebas de COVID-19 o la distribución de vacunas para reabrir las fronteras. Estas juegan un papel decisivo en la reactivación pues el 81% señaló que viajaría una vez estén vacunados.

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El 49% sostiene que se ha exagerado con las restricciones de transporte aéreo y un 84% cree que el COVID-19 no desaparecerá y se debe gestionar sus riesgos para seguir viviendo y viajando con tranquilidad. La aplicación IATA Travel es una herramienta válida y el 80% de los encuestados la usaría tan pronto como se encuentre, disponible.

“La máxima prioridad de todos en este momento es mantenerse a salvo en medio de la crisis del COVID-19. Pero es importante que mapeemos una manera de poder reabrir las fronteras, gestionar los riesgos y permitir que las personas sigan adelante con sus vidas”, dijo Alexandre de Juniac, director general y CEO de IATA. "Eso incluye la libertad de viajar. Cada vez está más claro que tendremos que aprender a vivir y viajar en un mundo que tiene COVID-19. Dados los costos sanitarios, sociales y económicos de las restricciones de viaje, las aerolíneas deberían estar preparadas para volver a conectar el mundo tan pronto como los gobiernos puedan reabrir las fronteras”.