“Necesitamos mantener buenas condiciones sanitarias para seguir siendo el principal destino turístico europeo y mundial”, señaló el funcionario. “La gratuidad de las pruebas puede marcar la diferencia con otros destinos por el considerable costo del test que en ocasiones supera los cien euros y ni hablar de grupos familiares que en algunos viajes pueden requerir más de un test”, agregó.
El funcionario igualmente se refirió al futuro pase de salud, cuya implementación es inminente, destinado a facilitar la reanudación de los viajes, pase al que originalmente Francia se opuso en el seno de la Unión Europea. “No queremos que sea un requisito en nuestra vida diaria, ni algo necesario para ingresar a un restaurante o presenciar un espectáculo de teatro, por ejemplo. Su uso debe estar limitado a proporcionar acceso a viajes y grandes reuniones”, dijo el secretario de Estado.
Francia también espera el funcionamiento de un mecanismo de emergencia a nivel europeo que debería activarse cuando las condiciones sanitarias empeoren en un país. Este debería reaccionar y cerrar sus fronteras, además de volver a establecer cuarentenas, todo lo cual representaría otro factor de incertidumbre para la actividad turística.
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