Todos los aviones debieron permanecer en tierra durante casi tres horas   – algo que solo ocurrió el 11 de septiembre de 2001, provocado por el atentado de las torres gemelas de Nueva York  –, a causa de una interrupción de la Administración Federal de Aviación (FAA) atribuida a una falla en la base de datos.

La Airline Passenger Experience Association (APEX), una de las asociaciones de aerolíneas internacionales más grandes del mundo, que promueve la experiencia de los pasajeros con el respaldo de casi todas las principales aerolíneas, exigió una compensación al gobierno de los EE. UU., luego de la suspensión de todos los vuelos nacionales.

Con un programa similar para la rendición de cuentas del gobierno por los retrasos en los vuelos, se podrían reembolsar a los pasajeros afectados de los mismos fondos de impuestos cobrados a los mismos, señalan desde la APEX. “El gobierno estadounidense debe alcanzar el mismo nivel de responsabilidad ante los pasajeros que las aerolíneas que han estado pagando cientos de millones de dólares para proteger a los clientes por demoras y cancelaciones no relacionadas con el clima”, afirmó Joe Leader, director ejecutivo de APEX.

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