La acción tiene el objetivo de satisfacer la creciente demanda de transporte aéreo y pone en marcha proyectos que “mejorarán la experiencia de los pasajeros, la accesibilidad y la sostenibilidad, al tiempo que crean puestos de trabajo bien remunerados”.

Las inversiones también incluirán nuevos sistemas en áreas de equipajes, puntos de control de seguridad más amplios, aumento de la capacidad de las puertas de embarque y modernización de las “anticuadas” infraestructuras de las terminales y del transporte terrestre.

El proyecto que requerirá mayor inversión estará enfocado en el Aeropuerto Internacional O’Hare de Chicago (Illinois), implicará unos 40 millones de dólares e incluirá  mejoras en la Terminal 3. La segunda inversión más elevada (unos 35 millones de dólares), estará destinada a una parte de la construcción  de una terminal de 14 puertas en el Aeropuerto Internacional de Washington Dulles (Virginia).

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Entre los proyectos que recibirán fondos también figuran el Aeropuerto de Los Ángeles, que recibirá 31 millones de dólares para mejorar las carreteras circundantes; y el Aeropuerto de San Francisco, que recibirá 31 millones para sustituir componentes mecánicos y eléctricos. Los aeropuertos de Salt Lake City, Denver y Charlotte también recibirán 20 millones o más cada uno, según la FAA.

La financiación procede del Programa de Terminales Aeroportuarias,  para subvenciones en infraestructuras aeroportuarias. La ley prevé 1.000 millones de dólares anuales durante cinco años en inversiones en este concepto.