El anteproyecto propone aplicar una penalidad o pago por el uso de las instalaciones aeroportuarias para quienes usen Panamá como punto de tránsito consistente en cinco balboas panameñas por persona y otorgar un incentivo a aquellos pasajeros que ingresen al país con fines turísticos o comerciales.

Representantes de ALTA manifestaron que esta acción restará competitividad a Panamá como centro de conexiones, reducirá pasajeros y vuelos, y afectará negativamente al turismo y los importantes aportes económicos generados por la aviación al país.

De acuerdo al documento presentado por los diputados panameños, en 2017, de los 15 millones de pasajeros que llegaron a Panamá, 11 millones ingresaron en calidad de tránsito. Con el proyecto legislativo, se espera que para 2020, se incremente el número de turistas en un 44% y ayude, entre otras cosas, a impulsar “la colapsada industria hotelera” de la nación centroamericana.

Peter Cerdá, vicepresidente regional de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) señaló que dos tercios de la contribución económica del sector aéreo en la economía de Panamá “provienen directamente de los efectos multiplicadores de la conectividad que es impulsada por su centro de conexiones y los pasajeros en tránsito”.

También, Freddy Rodríguez, presidente de la Asociación de Líneas Aéreas en Panamá (ALAP) manifestó su opinión señalando que es absolutamente fundamental para este país “mantener costos competitivos frente a importantes centros de conexión aérea como Lima, Bogotá, México y otros que no tienen este tipo de cargos”. Las tres asociaciones mencionadas consideran que aun cuando se otorguen incentivos a quienes ingresen al país los resultados serán negativos y afectarán la conectividad y competitividad del país.