El día de ayer, Joe Biden anunció un endurecimiento de las normas establecidas para hacer frente a la pandemia. Recordemos que Estados Unidos es el país con más muertes  en el mundo por el COVID-19. 

Entre las medidas que estarán vigentes a partir del 26 de enero mencionamos el  uso de mascarillas en aeropuertos y en la mayoría de aviones, trenes, barcos y autobuses de media y larga distancia. También quienes quieran ingresar al país desde el extranjero, estadounidenses o turistas internacionales, deberán presentar una prueba negativa de PCR antes de abordar el avión. Biden mencionó además la posibilidad de la imposición de una cuarentena obligatoria de 10 días al llegar al país cuyos detalles y especificaciones todavía quedan por definir. 

En octubre pasado, IATA se había pronunciado en contra de las cuarentenas señalando que estas tienen el mismo efecto  que el cierre total de fronteras eliminando prácticamente  la posibilidad de viajar y que existen mejores maneras de proteger a los ciudadanos  ante la pandemia. 

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El impacto será un duro golpe para las aerolíneas y el turismo en general que se encontraban en proceso de recuperación. “La industria ha implementado los protocolos necesarios para ofrecer un servicio seguro en todas las etapas del viaje, los cuales han demostrado su efectividad en distintos estudios realizados hasta la fecha y han demostrado ser una alternativa altamente eficaz frente a las cuarentenas que representan un desincentivo para los viajes que empiezan a reactivarse. La aviación y el turismo son grandes motores del desarrollo socioeconómico mundial y trabajando de manera coordinada recuperaremos la conectividad que genera millones de empleos y bienestar para la población”, señalaron desde distintas organizaciones vinculadas al transporte aéreo.