La medida que comenzará a regir el 31 de marzo a partir de las 00:01 am, señala que los viajeros, nacionales y extranjeros que ingresen al país, deberán poseer una prueba COVID -19 negativa realizada 48 horas antes de su llegada a Panamá, guardar una cuarentena obligatoria de 5 días en su domicilio u hotel y luego deberán realizarse otra nueva prueba para descartar que hayan contraído el virus en ese periodo. Los gastos ocasionados por estos procedimientos estarán a cargo de los pasajeros.

El decreto número 260 establece que en caso de pruebas con resultado positivo, el viajero deberá ingresar de inmediato a un hospital para su aislamiento y tratamiento, además deberá respetar los protocolos establecidos por autoridades sanitarias panameñas.

El Ministerio de Salud mantiene la recomendación a la ciudadanía de no viajar a países de Sudamérica, reitera la importancia de vacunarse contra el COVID-19, y mantiene la disposición sobre el uso obligatorio de mascarilla y el cumplimiento de todas las medidas de bioseguridad ya establecidas en Panamá.

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Previamente, Panamá había suspendido el ingreso de viajeros procedentes de Sudamérica (estaban exceptuados los nacionales y extranjeros residentes en el país), medidas que han sido flexibilizadas con el decreto 260. La medida no afecta a pasajeros en tránsito en el aeropuerto de Tocumen.